Bienvenido

Cuando menos, recurrente

03 agosto 2011

Guardad el secreto.







Que si vale más que una misa, que si la ciudad de la luz, blah blah blah.

París. No necesita presentación.

Fui una vez de pequeño y me gusto tanto y presté tanta atención que al irme sentí que había pasado una vida allí. Y creí que no volvería nunca más.

Otra cosa no, pero equivocarme, me equivoco con una frecuencia cercana a lo obsceno.

Y sin embargo es una ciudad que siempre deja con ganas de más. Que siempre invita a volver. Que no puede olvidarse.






Y porque hasta lo más típico merece una foto.



0 comentarios: