Lametones de Amor

Que los EEUU son un melting pot, ya lo sabíamos.

Que mi colega el coreano como mierda incluso más insospechada que los yankis, estaba por demostrar.

Poco a poco, a base de convivir, uno va descubriendo el infinito mundo de sabores que ante él se abren.



En primer lugar fueron los pastelitos con pinta de Phoskito rellenos de "nubes" de chuchería. Una asquerosidad que no le gusta ni a él mismo (porque no hace más que repartir a todo el mundo, pero a él solo le he visto comer una).

Luego Los Chapaguetti. Una suerte de paquete de comida de astronautas que echado al agua hirviendo da como resultado unos tallarines tan pegajosos que si los dejas secar seguro que se quedan como fibra de vidrio!

Pero lo de hoy me ha matado.

Hoy me despierto. Domingo, dia del señor. Nevado como solo nieva en la costa este. Lo que significa frio y quedarse en la cama remoloneando como ese último trozo de tomate que se queda en el culo de la ensalada.

Y al levantar el coreano me tiende un pastelillo. Yo lo miro y por la cobertura le digo... que es, de coco? A lo que me mira con cara de "animalico...". Yo, que más vale un so que dos arres, lo abro y la primera impresión, chunga. Muy Chunga. Es bonico. PEro huele al pan de gambas del restaurante Montaña China Feliz del Pequeño Buda Silicótico.





El primer mordisco no defrauda. Efectiviwonder, tiene gambas. y verduritas. Y sabe a empanada gallega, pero en vez de hojaldre, con masa de bollo.

Orientalidelicioso.

No podía haber desayuno mejor.

...

Bueno sí, unos huevos fritos con jamon ibérico y un vasico de ribera del Duero. Pero oiga, que no se puede tener de todo todos los días. De esta manera se disfruta mucho más a la vuelta a casa.