Bienvenido

Nara. Siguiendo la senda de Buda

14 agosto 2010

Nara. Siguiendo la senda de Buda


Estas fuentecillas que véis en la foto están repartidas por el monte y son para lavarse las manos en la entrada de los templos. Hoy hacía calor y los niños al ver el agua, pierden la conciencia de lo bueno, lo malo y de las ochocientas manos que han pasado por ese agüilla en lo que va de mañana. Tampoco parece importarles mucho.



Detalle de las lámparas que iluminan por la noche el templo de Kasuga-taisha



Detalle de una de las fuentes que encuentras a lo largo del camino. Sin niños.



Base de una de las esculturas del templo de Tōdai-ji.



PIlar conmemorativo a la entrada de un templo. En el fondo, tablillas con deseos, peticiones y lamentos al santo. digo, al dios.




Nara nos sorprendía a las ocho de la mañana con sol. Con muchas nubes, pero con sol. Un sol abrasador que fríe alemanes como chopitos y que unido a la humedad no es que resulte facil de soportar.

Sin emabrgo es preferible eso a la lluvia de los últimos dias. Lluvia que hubiese hecho de la visita un verdadero quebradero de cabeza.

Ir a ver templos a un parque/bosquecillo no debe ser nada apetecible con dos dedos de barro y paragüillas.


Yendo al grano, que se me va la cabeza. Nara es uno de los mejores exponentes del japón antiguo, y así como en Europa se competía por hacer el campanario más alto, la catedral más grande o el campo de futbol más gordo (todo depende de las épocas), en Japón no son menos: lo que empezó con una pagoda, entre quítame estas pajas y no me pises el sembrao, concluyó con el mayor edificio de madera del mundo, que alberga un Buda monumental dentro, el tempo de Tōdai-ji.

Pero bueno, de cultura no se habla aquí. Para eso tenemos la Wikipedia, el Rincón del Vago y, si me apuras, la Encarta para aquellos que se quedaron en 1999.

No no no. Aquí se habla de impresiones. de la sensación de sentirse pequeño frente a una escultura de 15 metros de bronce y e sentirse grande a la vez porque te rodea una visita del colegio (japonés) y el chaval más alto ronda el metro veinte. Aquí, en definitva, se habla de lo que el ojo no ve. Bueno, de eso y del mosquitazo que me ha chupado hasta el alma en el tobillo, que no todo va a ser mermelada y scones.

Con Nara concluimos nuestra ruta por el Japón tradicional... y ahora llega Tokyo. Con alejarnos del tifón superaré mis expectativas. Y eso que están muy altas.

Resulta que mañana es puente de sabe dios que, y todos los japoneses echan una partida al juego de las sillas a escala nacional: cambian ciudad por campo, campo por mar, mar por arrozales, etc etc. Y como no tienen coche, echan mano del shinkasen. así que cuando hemos llegado nosotros, nos han dicho que todo soldout, que solo quedaban a las siete de la mañana y en Nozomi (que es el tren caro); así que de tripas corazón, pasaremos por el monte Fuji más repantingados que un Buda. Un Buda cansado y sudoroso, pero viajando a todo tren.

Hasta mañana

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tren barato, tren caro, karma dicen.

alex dijo...

ya te digo... estos seguro que nos tenían en alguna base de datos y han dicho zaska, ahora que los tenemos pillaos, les clavamos el hachazo!

Anónimo dijo...

Bosque

Pues eso haz un composción artistica de la pipa y el tabaco y subela y hazte una foto fumando¡