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El primer pedo

26 mayo 2007

No me he equivocado, no. Lo se y puede parecer así, pero queriendo hablar de lo más dificil en una relación, uno nunca puede olvidarse del primer pedo.

Si señores, cuando tienes una relación, lo más dificil no es ese primer beso (y mira que puede llegar a ser dificil), ni la primera vez que os véis desnudos, no. Lo más dificil, embarazoso y marrano (todo hay que decirlo), es el primer pedo. Hubo un señor en Vigo que murió de tanto aguantarse.

Yo aún no he llegado a ese punto en el que los pedos fluyen libremente entre los miembros de la pareja, el sofa y el microclima de la casa, pero claro, como aún no convivimos, la opción de tirarse pedos en público se reducen mucho (y mucha coincidencia tendría que ser que, justo justo ese día pumba... tenga día post fabada).

Por otro lado, soy de la opinión de que en la boda debía sustituirse el beso por el pedo: antes ese beso rompía el hielo y tenía su función, ahora no es más que un paripé; sin embargo, gracias al pedo, la pareja rompería el hielo, serían más felices y no se divorciarían, España sería un país más bonito. Sin embargo... imaginad si a la novia no le viene uno en ese mismo instante: igual hasta se le escapa una yemita y tienen pastel antes de la cena... claro, eso daría pie a suculentas especulaciones: "eso es que se divorcian", "no tonta, eso es que ella va a tener gemelos, ya está haciendo hueco"... y claro, todo sería más bonito.

Y es que romper el hielo en una sociedad cada vez más intrusiva e imúdica puede parecer algo anacrónico, pero intentad hacerlo y veréis como ya no vuestro cerebro, sino vuestro propio culo, os impide zurraros delante de un ser querido con el que no has alcanzado aún ese grado de familiaridad. A no ser, claro está, que seas un tío: a la mínima ocasión, y a ser posible en un urinario público, los tíos intentan, en primer lugar, mirarse la cola de reojo (por eso de la selección natural y Feliz Rodriguez de la Fuente...), traumatizarse (inmediatamente después de constatar que en la seleccción natural, uno pillaría menos que el otro) y hacer un pelín más de fuerza para dejar escapar un sonoro cuesco. Porque claro, si va bebido, intentará eructar... pero pederse es siempre más interesante, y con consecuencias mucho más divertidas (a nivel olfativo por ejemplo). Además sirve como repelente de mosquitos, cucarachas y ejemplares sexualmente atractivos del sexo opuesto[o propio, que aquí no discriminamos... ].

PD: no va por nadie... ejem ejem...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu no puedes decirlo que firmas el artículo, pero ya lo digo yo.

Bosque, eres un puto cerdo.

En reprografía no por dios! Sancta sanctorum de mujeres fermosas...

Anónimo dijo...

Interesantísima disertación, profesor Bes... Tras la lectura, me dispongo a reflexionar sobre su teoría, que me parece de gran valor socio-cultural. Por favor, siga deleitándonos con su sin par sabiduría!

Besotes

Alex dijo...

jajjjajjjajaja