Escalera al cielo

Hay días en los que todo parece ir bien, en los que te encuentras un par de euros, sonries y no se te caga ningún pájaro en la cogotera... así que sin temor a dudas te atreves a afirmar que es un día cojonudo.

Y es que somos así de raros, tan pronto sale nublado y no nos da por salir de la cama, como nos despertamos de un salto dispuestos a afrontar el día. Ni astemia primaveral, ni narices en vinagreta, lo que pasa es que hay días en los que la escalera al cielo funciona y otros, los menos cuanto más cerca del verano nos encontremos, dicha escalera está cerrada.

Esta reflexión me viene cuando de pronto recordé un sabio consejo mil veces repetido (más vale un so...) y a mi mente vino aquella famosa reflexión de que hay gente que nace sobre la linea de flotación y otros, los más, viven hundidos en la mierda hasta el día en el que por una embolia pasan a... pasan de todo. y es que la gente dice, coño, que suerte tengo hoy o... mirá tú que soy un tía con suerte.

LOS COJONES. La suerte no es algo innato, una cualidad más que como si vivieramos en el sims se nos regula antes de nacer y con ella nos quedamos hasta el día en el que morimos. No. La suerte, para mi, no es más que el sentimiento personal de que todo nos va air bien, de que por mucho gilipollas tocapelotas que venga a tocarnos las nerices, nosotros, con una sonrisa, seremos capaces de antederle y mandarle a tomar por culo de una manera tan educada que deseará que volvamos a hacerlo una vez más. Uno puede tener más o menos fortuna en la vida, caer más o menos en gracia, y sin embargo, por muy en gracia que caigas, si uno no se cree que vale algo, se queda bajo esa linea, la linea, llamémosla, M (por Mierda) que impide a la gente ver más allá de sus narices y descubrir que, como dicen en la Sexta, la vida puede ser maravillosa.

Y hablando de todo un poco, hoy a sido un dia, relativamente, afortunado: me encontré dos euros, ayudé a mi hermano a superar su "trauma" académico de la semana, comi bien, estudié un huevo, y encima a francia se le avecinan tiempos de cambios, esperemos que a mejor, etc.


PD: la foto la hice yo, es de la fundición Averly, en Zaragoza... una empresa que se quedó estancada en el Siglo XIX, donde las cosas perdiero su razón de ser lógica y racional y su simple funcionamiento corresponde a hechos cuasi religiosos que nadie es capaz de entender, como una escalera al techo, por supuesto cerrado, para apoyar una caja cuyo contenido en polvo era mayor que su propio peso.