Ir de paseo...

Lse acercan más y más los exámenes de los cojones... y el verano. Si, el verano.

Y como lo se, os preguntarías, lúcidas mentes, si en mi casa no hay un calendario ni medio, mi ordenador cree que vivimos en 2 de mayo de 1936 y apenas alcanzo a dscubrir el día de la semana que toca por la mala cara que tienen los bedeles y señoras de la limpieza cuando, por error y sin dolo ni nada, les pisas el fregao: MecaaaGón la leche!: lunes; Pero mendrugo, no ves que hi acabau de fregar y que mestás embarrando el pasillo (cuenta tu que barro si la ultima vez que llovió hubo un zumbao que le dio por juntar parejas de animales...): miercoles; ¿Quien me mandaría a mi aceptar este trabajo rodeada de subnormales?, viernes, sin lugar a dudas.

Bueno, por el juramento que he oido hoy, se que es viernes y por lo bien que se anda en pantalón corto a diez grados con evidente riesgo de hipotermia en las canillas por la mañana, se que aun no es verano. Y es de agradecer, porque ya de por sí estudio a duras penas, entre distracciones bibliotecarias (ver posts anteriores), calores, sudores, olores y saludar a gente a la que, normalmente, ni diriges la palabra (todo se por interrumpir un poco mi super-super plan de trabajo)... la llegada del calo rno haría mas que precipitar mi rendimiento académico al abismo ese de la inmundicia más severa... que es brooma, solo al suspenso.


Antes de terminar, me gustaría agradecerle a los niños que tejieron mis alpargatas su esfuerzo, porque gracias a ellos puedo caminar sin parecer que tengo una deficiencia motriz a causa de mis heridas; a mis compañeros por no dejar que pierda (más) el tiempo; a mi madre, por haberme parido y al sol, por dar calor y alegrarme la vista por el campus (cerdos, no mirando escotes... sino por la luz... sois lo que no hay)

un beso para todos (repartirlo como queráis)